Selección de poemas cristianos
Autor:
Claudio Serra Brun.
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Depósito
Legal: V-277-02.Asiento
Nº:09/2002/78.
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© 1995-2004,ClaudioSerrraBrun, Valencia,España.
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El
observado (Presencia de Cristo)
Las
hojas vibran, iridiscentes,
alentadas por la brisa,
y cada una vuela sujeta a su tallo,
resplandece en libertad soñada,
proclama el triunfo de la vida.
Vuelan
las palabras que recoje el viento
y su eco se guarda en las palmas de las hojas
verdes manos caritativas
de la fiebre humana.
Allí
está, ¿no la oyes?
Es la sinfonía ausente,
el dolor no sabido:
Aquí está quien te lo dice y vuela.
Y
tú caminas sonámbulo,
poseso,
con tu corona de sudor,
mientras que un poco más arriba
de tu testa,
brilla la armonía, la luz,
el verbo no olvidado:
El
canto y el silencio
de todas las respuestas.
Yecla,
Murcia, España.
(Publicado en : http://www.autorescatolicos.org/claudioserrabrun.htm
Y
en La Memoria del Espejo, Volumen IV. Depósito
Legal:V-4652-2000. Reg.Nº844-CD Editado por
E.G.Tabalet. Valencia España. Más
información: www.poesur.com
).
Autor: Claudio Serra Brun
© 2000-2004,ClaudioSerrraBrun, Valencia,España.
Comunión
en la Iglesia de Yeste, Albacete
(Se
abren los caminos
de lo que fui.
Se abren las horas,
el aire en la cara;
Se abre la luz esperada
de los amaneceres:
La promesa de eternidad de la infancia.)
Después
de las horas más tenues
del alba,
el paso por las montañas
trajo lentamente la luz.
Casi
al mediodía
la fuente de la plaza
nos dió un agua rotunda,
concreta en su cristal límpido.
Y
fuí allá abajo con la gente.
La iglesia
en el ruidoso silencio
del tumulto blanco de los niños,
las naves en sombra
plenas de hombres y mujeres pensativos.
Y
comenzaron a volar las palomas.
Se alzó en tiernos brazos
un canto sentido,
la comunión de pequeñas gargantas
enlazadas al cielo
en la primera y grave aspiración
de ser espíritu,
de llegar algún día
al amor entrevisto,
al vuelo de la paloma blanca
al horizonte posible:
Porque el aura del mañana los protege.
Yeste,
Albacete, España.
(Publicado en : http://www.autorescatolicos.org/claudioserrabrun.htm
Y
en La Memoria del Espejo, Volumen IV. Depósito
Legal:V-4652-2000. Reg.Nº844-CD Editado por
E.G.Tabalet. Valencia España. Más
información: www.poesur.com
).
Autor: Claudio Serra Brun
© 1995-2004,ClaudioSerrraBrun, Valencia,España.
COMUNIÓN EN LA IGLESIA DE YESTE
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MARÍA ANUNCIACIÓN FERNÁNDEZ
ANTON
"La memoria del espejo" es el título
de una colección de poesía y música con que el poeta
hispano argentino Claudio Serra Brun homenajea a
sus dos orillas: España y América. La fórmula de
editar poesía en compactos con acompañamiento musical
no es nueva, pero estamos ante una entrega en que
las voces y los instrumentistas son de una calidad
sorprendente y que, además, nos atañe directamente
por el tema.
El título es paradigmático de lo que allí se ofrece,
pues sólo mirándose frente a frente, como en un
espejo, podrán España y América comprenderse mútuamente.
Pero hay un poema que es representativo de todo
el conjunto, porque es nudo y cifra de todo un poemario:
Se trata del titulado "Comunión en la iglesia de
Yeste, Albacete". Se inicia con el verso "Se abren
los caminos de lo que fui" y en él el poeta se siente,
como en la anagnórisis de los héroes clásicos, capaz
de comprender, a través de la luz de un mediodía
de Yeste, todo su pasado. No sólo de dónde viene
sino también los caminos diversos -distintos y distantes,
pues sólo distanciándose ha podido comprenderlos-,
que lo han llevado bajo esa luz de La Mancha, en
ese mediodía de Primera Comunión, desde su Argentina
natal. ¿Cómo no recordar a Rubén Darío quien, al
contemplar por primera vez el Mediterráneo exclama
"veo en aceite y vino/ yo, mi antigüedad"? Pero
el poeta va más allá y bajo esta luz de la infancia,
es capaz de olvidar hasta sus lágrimas de exiliado
para asumir el pasado y mirar al futuro sin miedos
y con una mirada nueva. Esta luz de la infancia
con su promesa de eternidad ("la luz con el tiempo
dentro", llamó Juan Ramón a Moguer, su patria chica),
unida a los colores y a las voces de los niños y
niñas de Primera Comunión, absolverá al poeta, que
ve, gracias a ese momento único, cómo todo lo pasado
ha merecido la pena.
La música la pone, como en todo el volumen IV al
que pertenece el poema, Astor Piazzola, inmejorable
complemento que no sólo arropa a la Poesía sino
que la envuelve englobándola en una unidad superior
de significado. El poema dialoga así, a través de
esa unidad de sentido, con el resto de los poemas
del volumen.
Una obra de arte dedicada a los que no leen por
falta de tiempo (siempre ha de haberlo para la poesía)
y destinada a demostrar que camino del autoconocimiento
no tiene por qué ser un calvario: A veces se convierte
en el más gozoso de los misterios.
© Copyright La Tribuna de Albacete
redaccion@latribunadealbacete.es
Por
los montes voy andando
y mi canto es un lamento
mezcla de esperanza y llanto.
Veo
el dolor infinito del mundo
la maldad por doquier
señoreando a los cuerpos sin alma.
No comprendo el matar, no es humano.
Pero así como el fuego de unos pocos
ennegrece el aire,
contamina todo a su paso,
la bondad del pueblo es como la tierra,
es la base donde
afloran todas las cosas,
donde surge la música
y la vida.
Llego
al último confín
del último pueblo
frente al desierto de los Andes.
En la ermita una Virgencita barroca
rodeada de flores pintadas
las paredes forradas
de madera de cactus seco,
los bancos de algarrobo
los muros de barro encalado
las pircas que rodean tu Casa
abiertas
a la infinita planicie
y al cielo.
Mañana
será tu Día
el Quince de Agosto frío y soleado,
y bajarán de los pueblos
con sus mejores prendas,
con zapatos,
con el erke y el siku
y la piel de cordero
bailando y cantando.
Pondrán a tus pies la piel blanca inocente
y pedirán tu bendición,
tus manos llenas de grano de maíz,
el fulgor en los ojos de sus niños.
Porque
de todo el dolor del mundo
la tierra buena se alza y sostiene
el Don recibido
de Amor por sus hijos.
Virgen
de los Desamparados
Son
todo rosas, a Tí.
Son
todo flores
amarillas,
rojas y blancas.
Eres
la Virgen verde de la Tierra verde,
Eres
las flores mismas, el río de las almas,
el
fervor de los que vienen
con
un ramo,
un
dolor
a
la Luz buscada.
Estás
en todos los ojos que te miran
en
cada corazón prieto
del
Río Humano.
Estás
en el ansia de los pobres,
en
la intuición de un mundo mejor,
en
la espera decidida de los hombres
porque
con tu ayuda
se
venza una y otra vez
el
mal de este mundo.
Y
estás en el asombro
del
niño que te ve gigante
inmensa
inmanente:
Que
te pensará siempre
después
del día de hoy
en
que las lágrimas de su madre
acompañan
a tus flores,
a
los trajes en tu gloria,
a
la Divina Alegría
de
tu Causa.
Santa
María de los Buenos Ayres
Se
abren los caminos de lo que fuí.
Se abren las horas, el aire en la cara
Se abre la luz esperada
de los amaneceres:
La promesa de eternidad de la infancia.
Iba
de la mano de tí, mi Dios,
Jesús tan alto y vivo,
Y más arriba de Tí, esperando,
la recordada en las húmedas frondas
del silencio,
la presentida al soslayo,
la mano que baja
y se posa en mi frente,
la Madre de Luz que me cuida
desde el día repentino
en que me encontré solo
y un vaho desconocido
pasó a mi lado y dijo:
" Soy Amor, ven ".
Buenos
Aires, Argentina.
(Publicado
en : http://www.autorescatolicos.org/claudioserrabrun.htm
Más información: www.poesur.com
).
Autor: Claudio Serra Brun
© 1995-2004,ClaudioSerrraBrun, Valencia,España.
Subida
a la Virgen del Castillo
Mi
mujer es esbelta, suave.
Cuando llegamos al Castillo de Yecla, su pueblo,
y bajamos del coche,
la luz reflejó en sus ojos
la imagen del pasado,
las trenzas de oro y los ecos
de los juegos infantiles en los patios.
Un
aire súbito nos envuelve ahora
con nuestra hijita en brazos
y entramos a la Iglesia en silencio
pensando en las horas de dicha
presente y futura
que le deseamos.
Y
al paso subimos
a los pies de la Virgen
como la vida que asciende
en estos ojos
para cubrir con su manto la cabecita
de nuestro bebé amado,
para que su Gracia la proteja
de las inclemencias del mundo
y su Amor la guíe
como a tantos otros
como a todos,
Como a aquélla niña de trenzas de
oro
que vuelve en el viento
del futuro y del pasado.
Yecla,Murcia,
España.
(Publicado
en : http://www.autorescatolicos.org/claudioserrabrun.htm
Más información: www.poesur.com
).
Autor: Claudio Serra Brun
© 1995-2004,ClaudioSerrraBrun, Valencia,España.
La
Virgen de la Patagonia
Llego
sobre las olas, volando.
Luego la mañana agreste
el peso del cuerpo
el camino largo.
La Isla de los Pájaros
allá flota leve
apenas sujeta a la costa,
y el brazo de mar que la abraza,
la quiere para sí.
He
llegado a los límites,
al confín de lo que fuí,
al principio,
a la visión primera de la luz
de la esperanza,
cuando mi joven corazón
solo veía bondad, no conocía
el laberinto, la cueva,
el horror de los hombres.
A
paso lento voy por los médanos
hasta la ermita:
La puerta cerrada
la cadena cubierta de herrumbre,
y por entre los barrotes
veo a la Virgen del Mar,
bordada de placas con nombres
de los muertos en las olas,
el vaso vacío y las flores de plástico,
y la arenisca que lo cubre todo.
Te
he llevado tánto y tan lejos...
Tantas lágrimas corrieron en estos veinte
años
y resbalaron hacia tí
para enjugar a tus pies
las afrentas del mundo.
O quizá el óxido de las cadenas
sea el llanto de los hombres,
y el hierro gastado del cancel
sea por las manos orantes.
Virgen
de la Patagonia
Las olas te devuelven
un poco de Tí :
Una fina espuma de mar
se posa en tu rostro
para el perdón infinito
de la locura de los hombres.
Isla
de los Pájaros, Península de Valdés, Argentina.
(Publicado
en : http://www.autorescatolicos.org/claudioserrabrun.htm
Más información: www.poesur.com
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Autor: Claudio Serra Brun
© 1995-2004,ClaudioSerrraBrun, Valencia,España.
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información: www.poesur.com

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